martes, 14 de diciembre de 2010

no me quieras matar, corazón...

Entiendo que no sepas qué decir en un momento exacto, entiendo que no sepas qué camino escoger, puedo llegar a entender que estés indeciso, imagino cómo te sientes ahora, pero ¿Quién eres, y quién te crees que eres para poder manejar mi vida? ¿En qué clase de persona me has convertido? Soy dependiente, dependiente de lo que me digas, de lo que hagas, como una droga, como un pequeño peón que mueves según te convenga. Pues esta vez no, no voy a ser la siguiente, no voy a consentirlo otra vez, no voy a cansarme más. No soy la clase de personas que te dedican su trabajo, su tiempo, su máximo esfuerzo y su vida a tu antojo. Puedo consentir que no me mires, que no me hables, pero no exijas una respuesta distinta por mi parte. Esta vez no, estoy cansada. Me cansas.

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