podría escribir un libro entero lleno de experiencias. El primer beso, la primera vez que le habló, las discursiones, las cosas buenas y malas, las primeras conversaciones, las lágrimas, las sonrisas tontas, los regalos, los "te quiero" y los "yo más", los paseos, las llamadas, los mensajes, las tonterías, los primeros celos y los últimos, las jugadas, los viajes, etc. Pero, ¿sabeis qué? Ninguna de estas cosas ha sido mia. Yo, a mis 16 años ya no tan recién cumplidos, puedo considerarme una buena, ¿qué digo buena? estupenda confidente. Puedo darte los mejores y peores consejos y lo que deberías responder, pero nunca lo he vivido. Puedo considerarme de las personas fáciles de enamorarse y viceversa, pero también puedo considerarme de las que nunca han encontrado el amor. Y no, no estoy ansiosa de encontrar al primero tio que me diga “eres única”, pero tampoco me gusta ver a personas de mi alrededor cómo crecen o sufren con el amor, todas las cosas buenas y malas que les pasan y todos los problemas que tienen. Así que Don Amor, o quien sea, no tengas prisa, sigo paciente mientras paso los días con mis amigas, no encontrando al amor pero si a una parte de él aunque sea en pedacitos pequeños, no quiero estar las 24 horas pensando en qué me dirá, porque además soy de las que la suerte les sonríe y nunca son correspondidas, así que guarda a don perfecto para otro momento, que mi adolescencia pienso basarla en un desenfreno de total libertad e independencia.
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